Lo correcto y lo normal es que calcules el precio de tu producto o de tu servicio y que a ese precio calculado le añadas el IVA correspondiente. Esto es lo normal. Ahora bien, hay gente que no lo hace así, lo hace al revés. En mi trabajo me encuentro con personas que me vienen con los precios que van a poner por que son precios de mercado, esto es que no pueden cobrar más que la competencia, en todo caso menos, entonces ¿Cómo calcular el IVA desde el precio?
Y aquí es cuando yo les explico que del precio que cobran por su servicio no todo es para él o ella, que hay una parte que es el IVA que Hacienda se lo va a pedir cada tres meses. Por ejemplo, imaginemos, una peluquera que cobra 40,00 euros por un corte de pelo ¿De estos 40,00 euros cuánto es para la peluquera y cuánto es para Hacienda? Bien, hay una fórmula muy sencilla que puedes aplicar para saber estos datos:
PRECIO/ 1+(IVA/100)
El resultado de esta fórmula nos da la base imponible que es la parte del precio que es para ti y el resto es de Hacienda. Así, por ejemplo, si aplicamos el IVA del 21% la fórmula será:
• PRECIO/1,21
Si aplicamos el IVA del 10% la fórmula será:
• PRECIO/1,10
Y si aplicamos el IVA del 4% la fórmula será:
• PRECIO/1,04
En el ejemplo de la peluquera, su precio es de 40,00 euros y el IVA que aplica es del 21% ¿Cuánto es para ella y cuánto ha de reservar para Hacienda?
40/1,21= 33,06
Por lo tanto 33,06 euros son para la peluquera, para pagar a sus proveedores, su nómina… y el resto hasta 40,00 euros, 6,94 euros, son para Hacienda.
Es posible que luego a Hacienda no le tengamos que dar los 6,94 euros enteros ya que el IVA de nuestros gastos nos restará (bajará) esta cantidad, pero es mejor reservarla y tenerla guardada por si luego resulta que no hemos tenido IVA para deducir. Si nos sobra IVA nos llevaremos una alegría y entonces sí podremos disponer de ese excedente 🙂
Fuente: http://tuasesoriaenblog.com